Fotografía revelada
La penumbra verdosa del cuarto oscuro, con la radio sonando y soñando. El olor punzante y familiar de lo químico. La ilusión por la palidez que brota y se vuelve noche bajo las olas brillantes del revelador. El conjuro maniático del polvo y los arañazos sobre el padre negativo. Los amenos senderos del grano fotográfico y los haluros de plata. El laberinto minoico de la escala de grises, las zonas, las sombras, las altas luces... Belleza rotunda del viejo blanco y negro revelado y exhibido. Su nostalgia me ha traído aquí junto con los sueños azabache y plata de mi juventud, abruptamente apagados por el digital.
Dedicado a Gracia